¿Construir un robot de dos ruedas que necesitaba equilibrarse, correr seis metros y sostenerse por sí mismo? Este fue el desafío al que se enfrentó Thamires de Pontes, Java Backend Developer en ília, y su equipo en Robogames, la competencia de robótica más grande del mundo, realizada a principios de abril en California-EE.UU.
Thamires participó en la competencia con el apoyo de Ilia y regresó a casa con la medalla del tercer lugar. “Ser parte de una empresa que incentiva a las mujeres a buscar su lugar en la tecnología no tiene precio. Agradezco mucho el apoyo que me ha dado ília para ir a esta competición. Era muy importante estar en un evento tan desafiante, por la alta complejidad de la robótica y equipos de todo el mundo”, contó sobre el evento que duró tres días, reunió a personas de todo el mundo y contó con más de 50 categorías de disputa.
Antes de aterrizar en California, hubo cuatro meses de preparación: Thamires y sus dos compañeros de equipo se dividieron en los frentes de mecánica, electrónica y programación, este último bajo la responsabilidad de nuestro Java Backend Developer.
“Había que tener mucho control y paciencia, ya que el robot ya necesitaba estar recién listo para empezar las pruebas. Fue un trabajo arduo y lleno de desafíos, pero produjo mucha experiencia en proyectos en esta área. Elaborar varios planes y experimentos en los códigos requiere mucho estudio y perseverancia”, informó.
Llamado Ada, el robot asustó al trío el primer día del evento. “No aguantaba y nos tomó un día entero averiguar la razón que impedía esta acción a través de pruebas y códigos. Hasta que descubrimos que el problema estaba en el tiempo de ejecución, estábamos preocupados porque era un tema muy difícil de resolver”, dijo.
La solución fue proceder con el proyecto de una manera diferente a la planeada. “Ada fue el único robot autónomo (sin necesidad de mando a distancia) en su modalidad en la competición. Por eso, decidimos usar una estrategia de apagar y reiniciar las unidades durante el juego, lo que haría que retomara su configuración previa al problema que lo aquejaba, que era el tiempo”, describió.
En el momento de la competencia, Thamires se dio cuenta de que había hecho un gran trabajo al controlar las constantes del motor de Ada, mientras pasaba por todos los obstáculos, rampas, badenes y alfombras, sin caerse.
“Por solo un segundo no nos llevamos el premio al segundo lugar de nuestra categoría, lo cual para nosotros no es un problema, porque la experiencia de participar en una competencia tan importante, y aún así terminar tercero, fue mágica”, analizó Thamires.
las lecciones aprendidas
Thamires celebra el premio ganado y enumera las lecciones aprendidas de la experiencia:
“Personalmente, aprendí mucho sobre la resiliencia en la práctica. Si un plan no está dando respuesta, o si la estrategia utilizada no nos lleva al objetivo final, es necesario reflexionar sobre un plan B y pasar a la acción lo antes posible, respetando las limitaciones de cada uno. No tiene sentido desesperarse, tenemos que centrarnos en el resultado”
Adquirí un conocimiento enriquecedor sobre lógica de programación, aprendí sobre un lenguaje diferente en el que soy experto y esto me permitió trabajar en situaciones problemáticas y solucionar errores en diferentes momentos.
Comprendí que es de suma importancia profundizar en la lógica de la programación. Con conocimientos concretos y bien fundamentados en esta área, es posible realizar un proyecto en cualquier idioma propuesto. Eso para un programador es una mina de oro.
También era importante contactar con otras personas de la misma zona, ampliar el networking y reforzar las ganas de participar en más proyectos tecnológicos”.
Nosotros, desde ília, estamos muy orgullosos de crecer de forma sostenible y colaborar para el crecimiento profesional de cada una de nuestras personas.
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